martes, 3 de agosto de 2010

MAR








Bajo mi cama estáis, conchas, algas, arenas:
comienza vuestro frío donde acaban mis sábanas.
Rozaría una jábega con descolgar los brazos
y su red tendería del palo de mesana
de este lecho flotante entre ataúd y tina.
Cuando cierro los ojos se me cubren de escamas.

Cuando cierro los ojos, el viento del Estrecho
pone olor de Guinea en la ropa mojada,
pone sal en un cesto de flores y racimos
de uvas verdes y negras encima de mi almohada,
pone henchido el insomnio, y en un larguero entonces
me siento con mi sueño a ver pasar el agua.
(María Victoria Atencia)

1 comentario:

  1. Gimiendo por ver el mar,
    un marinerito en tierra
    iza al aire este lamento:

    ¡Ay mi blusa marinera!
    Siempre me la inflaba el viento
    al divisar la escollera.

    Rafael Alberti, 1924

    Besotes

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